jueves, 2 de octubre de 2014

“Dieta”: el ayuno del siglo XXI


Se conoce como ayuno al acto de abstenerse, por un período de tiempo determinado, de todo tipo de comida y en algunos casos de ingesta de líquidos. Puede realizarse por diversos motivos, entre ellos: los curativos, prácticos, religiosos, o como manifestación pacífica.
El ayuno se conoce como una conducta de restricción alimentaria que se identificaba con la pureza de corazón ante Dios, con la ofrenda y  la penitencia. Éste ha sido parte de las tradiciones humanas desde la prehistoria, se menciona en libros sagrados hinduistas, católicos, judíos, musulmanes, entre otros.
En la edad media y parte del Renacimiento el ayuno era tomado por las mujeres con el fin de estar más cerca de Dios. Más adelante, a finales del siglo XIX, jóvenes burguesas lo tomaban como una negativa a comer, con el fin de alcanzar la perfección espiritual y el ideal de feminidad de la época, sintiéndose más puras, más santas, y así “mejores” que otras (Contreras y Arnaiz: 2005, 316).

Asumimos que este hecho con basamentos espirituales y religiosos hizo peso en el vuelco que dio el significado de la delgadez y la gordura. Ya ser delgado comenzaba a ser asociado con un estatus social superior y tener gordura comienza a ser cada vez más rechazado, sobre todo entre las mujeres.
La medicina ya separada de lo religioso y lo moral desde finales de la edad media, tenía una visión ahora más científica de la relación alimentación – obesidad, ofreciendo así más hipótesis y con ellas algunas directrices a seguir para evitar enfermedades relacionadas. Algunas asociadas a la actividad física y otras a la regulación en cuanto a la ingesta de alimentos y bebidas.

En las sociedades actuales, un gran número de mujeres y cada vez más hombres, practican una forma de ayuno secularizado: las dietas, que al no estar debidamente indicadas, podrían parecer un ayuno más total que parcial. Generalmente las dietas de hoy día se hacen con la finalidad de conseguir el ideal de feminidad o masculinidad, pero ahora más relacionado a lo físico que a lo espiritual.
Si bien es cierto que la expansión de la onda fitness ha logrado concientizar un tanto a las personas en cuanto a las dietas saludables, hablando de bondades de los alimentos y sanas combinaciones. También es una gran compromiso hacer énfasis en recordar que cuando se trata de alimentarse con algún fin (bajar de peso, subir de peso, o en alguna condición especial) no existe nada mejor y nada más responsable que dirigirse a un profesional en el área, quien evaluará su situación holísticamente para determinar los parámetros más eficientes a seguir para el cumplimiento de sus metas (físicas, si es el caso) sin comprometer su salud.



Así, felicitamos a tod@s los dietistas, nutricionistas y nutriólogos en su día. Gracias por ayudarnos en esta parte tan importante de nuestras vidas: la sana y correcta alimentación.

Bibliografía: 
Contreras Jesús, Arnaiz Mabel (2005). Alimentación y cultura: perspectivas antropológicas. Ariel.

Shahrazad Canquiz


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