Por alguna razón, el mal de
amores nunca es tomado en serio. Sin embargo, una pena amorosa se siente como
la cabezada de un muro, quien lo ha vivido sabe que es tremenda y una de las
peores dolencias que se puedan tener. Separarse de tu pareja sólo puede ser vivido como una
tragedia griega, sobre todo si piensas que esa persona tiene la pasta de
la que uno sabe que están hechas las personas de bien, los de uno, por los que
nos montamos al buque Aurora, con el Lord Byron, aquel con el que creíste en la
amistad como el invento más bello del hombre, el que te hizo creer en la poesía
para desordenarte de la cabeza y en fin, ese que te hizo creer en ti mismo
porque sabías que alguien te amaba (parafraseando al maestro Nazoa).
Está demostrado que
afecta directamente la salud, bajando las defensas y haciendo que el organismo
quede susceptible de contraer enfermedades, entonces, quienes sufren una pena de amor más
que parecer depresivos y desganados, tienden a verse y agotados.
¿Qué comemos
para el mal de amores? En las películas es frecuente ver a la protagonista esconderse
debajo de la colcha y comerse un pote gigante de helado, o una caja entera de
chocolate dejando a un lado el remordimiento de conciencia de la dieta.
Y es que cuando
ingerimos azúcar la serotonina aumenta porque el triptófano logra penetrar la
barrera hematoencefálica gracias a la mucha insulina que se produce, la
serotonina es uno de los “mensajeros alegres” del cerebro que el cuerpo la
produce a partir de un aminoácido llamado triptófano, por lo tanto, un
“dulcito” en la boca y en seguida te sientes mejor.
Por otro lado,
tenemos la receta de la abuela y es que un buen caldito alivia todas las penas,
sino me creen repasemos un poco, a uno le dan sopa cuando estamos atravesando
momentos difíciles, y hay algo en ella que te hace ofrecerla en situaciones
problemáticas, la idea de qué deben comer los convalecientes es similar a la de
qué se les da de comer a los bebés: es un alimento nutritivo, pero su digestión
no requiere gran esfuerzo; lo cual tiene sentido, la sopa es definitivamente,
una forma de hacernos sentir bien y de regresar a lo más básico, es una
conexión que hacemos a nivel inconsciente a medida que crecemos, por eso cuando
queremos sentirnos bien buscamos lo que nos hubiese dado nuestra madre.
Recetas para tratar
el mal de amores hay muchísimas, unas más elaboradas que otras, pero al final
uno termina recurriendo a las mismas un caldito bien sabroso para sentirse
querido y cuidado y mucho chocolate que nos hace feliz gracias a que ayuda a la
glándula pituitaria a producir endorfinas. Al final el tiempo nos ayuda a
recuperarnos pero siempre es mejor hacerlo con la barriguita llena.
Nashla Baez
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