jueves, 31 de julio de 2014

Del cacao al café.. De la jícara al pocillo.

Hablemos de las bebidas con las que acompañamos nuestros desayunos; ¿Cuántos no recuerdan eso de desayunar con el cuartico de jugo, de chicha o de leche cuando estábamos pequeños? ¿Qué toman hoy nuestros pequeños al desayunar en la casa o en el colegio?. Los tiempos, las leyes, las presentaciones de los juguitos han cambiado, ahora en los colegios venden más jugos naturales, sino, las cajitas de larga duración. Tal vez porque ya no hay cuarticos, o porque ya no hay leche; Lo seguro es que además de los juguitos, uno que otro niño desayuna, con la que nosotros también recordamos, ¡nuestra apreciada malta!
Tenemos que hablar por supuesto, de unas bebidas que en muchos y muchas desatan pasiones: el chocolate y el café, esto, como bebida para acompañar nuestros desayunos, y en muchos casos para acompañar nuestros días enteros.


Algunos, seguramente los más jóvenes, no se sienten muy identificados cuando se habla del chocolate para acompañar nuestros días. Y es que “tomar chocolate” era una práctica habitual de la época colonial, justo cuando el cacao era el producto de exportación mas importante en Venezuela. Aproximadamente desde 1764 se afirmaba al cacao como la bebida nacional, llegamos a mediado del siglo 18 a ser el primer exportador de Cacao !del mundo! Y es que el Cacao y Venezuela "tienen su historia"... ¿Sabían ustedes que el cacao nació en dos zonas del territorio venezolano? Pues si! El cacao y usted, son hermanos! Nació al sur del lago de Maracaibo, por los Edos. Zulia, Mérida y Trujillo y también por Paria, el Delta y el Amazonas. Otro chismesito del cacao venezolano es que, éste es considerado desde hace bastante, y actualmente, como el mejor cacao del mundo ¡Qué orgullo! ¿no?. ¡Este amor viene de atrás! Nuestros indígenas ya tomaban chocolate, y hasta finales de la colonia se acostumbraba a tomarlo, así como actualmente se consume el café; En la mañana principalmente y además solía tomarse durante el día. Esto era costumbre desde los mantuanos más blancos, hasta los esclavos más negritos. Claro, Las preparaciones variaban, el que más se tomaba era el “cerrero” que era cacao con agua solamente; el “Chorote” era la otra preparación, que era cacao con agua y azúcar morena o papelón, y el “Chocolate” que era la preparación a la manera mas española, era: cacao con agua, azúcar o miel, canela, clavo, vainilla y harina de maíz, así lo tomaban los blancos. En los pueblos andinos esta bebida era servida acompañada de quesos frescos. Eso sí, en cualquiera de sus preparaciones, la bebida de cacao se tomaba siempre después de haber desayunado algo, nunca en ayunas, en esto si se diferencia del café. Además del desayuno, era consumido después del almuerzo, en meriendas y cenas. Las negras lo vendían por las calles en cualquiera de sus preparaciones y lo despachaban en jícaras, que eran unas cuencas hechas con tapara o corteza de coco, éstas aparecieron en Caracas con la primera exportación de granos, para convertirse en objetos exóticos que en muchas ocasiones tenían apliques en plata, de hecho, personajes mantuanos de la colonia como Francisco del Castillo o María Bolívar tuvieron en sus testamentos a las jícaras y demás implementos utilizados para la preparación y consumo de esta bebida ¡imagínense cómo eran de apreciados! Pero ahora, ¿cómo fue que de ser tan apreciado, el chocolate pasa a estar casi extinto como bebida diaria en los caraqueños? Digamos que el mundo conspiro pues las guerras que tuvieron lugar en el continente europeo, a finales del siglo XVIII, hicieron difícil la venta de cacao en el exterior. Además en el mercado mundial, la demanda del café aumentó por encima que la demanda del cacao y sus precios también. Y en Venezuela, para terminar con el colonialismo, hubo guerra de independencia, guerra federal, abolición de la esclavitud, y todo esto afectó las cosechas, tanto por estancamiento de la producción como por la destrucción directa de éstas. Y al abolirse la esclavitud, quedaron abandonadas las plantaciones. Todo esto sumó para que el café, siendo un cultivo más rápido y económico de producir y que ya venía sembrándose en Caracas desde finales del siglo XVIII cobrara auge y fuerza. Y así como el café se convierte en el primer producto de exportación venezolano entre 1830 y 1840, también se convierte en la bebida nacional no alcohólica, desde allí, hasta nuestros días. José Rafael Lovera llama, de hecho, a la época de la colonia “la Venezuela del cacao” en oposición a la Venezuela republicana, que era ”la Venezuela del café”, refiriéndose no solamente la monoproducción del país, sino dándole también significado al consumo de estas bebidas: el cacao viene con una carga de sumisión, de antigüedad, de monarquía y religiosidad; mientras el café se asume como una bebida libertaria, revolucionaria, moderna, progresista, de libre pensamiento… y así, nos quedamos con el café, aun cuando pasamos de la Venezuela agropecuaria a la petrolera, nos quedamos con el café. ¿Quién no conoce a un amante adicto del café? Seguro algunos se reconocerán a sí mismo como tales. Y es que estamos por todas partes.

A algunos les fue temprano el encuentro con esa pasión por el café, cuando la madre o la abuela le daban un guayoyito o un cafecito con leche espumoso por la mañana o para merendar. Otros, encontraron tal vez su pasión por el café fuera de casa. Cuando empezaron sus días de trasnocho por la universidad o la rutina a veces desgastante del trabajo, o simplemente, se enamoraron de él por curiosidad, como yo. Lo gracioso es que, te guste o no, el café y el "tomar café" están allí. Aunque seas de los que dicen “no tomar café”. Terminas estando en una mesa de cafetería, hablando con un maestro, con unos compañeros, colegas que no ves hace mucho, o tal vez conociendo a un amor, tomándote lo que sea, aunque la excusa fue "vamos a tomarnos un café". Sabemos entonces, que como el chocolate en su época, el café también se toma a toda hora, el segundo tiene aún más formas de preparación, que si guayoyo, negro, cerrero, expreso, con leche, marrón, marrón claro, marrón oscuro, teterito, carajillo o envenado, aromatizado, y pare de contar, porque cada taza es un mundo. Lo que es cierto, es que aunque hayan mil maneras de hacer un café y Caracas es una ciudad llena de contrastes entre personas, entre el este y el oeste, el norte y el sur… en cualquier panadería, kiosco, restaurant o esquina, puede haber alguien que venda un café. Sin embargo, parece que ese primer café de la mañana, el que nos despierta, que nos abre los ojos por la cafeína, los sentidos con su aroma, con su sabor, con su temperatura… ese cafecito con el que amanecemos, en Caracas, acostumbra a ser negrito o guayoyo, y es después, en el desayuno o durante el día, que se pide el que provoque de toda la gama de agregados. Y aquí, entre cachitos, arepitas, cafés, chocolates y juguitos… en medio de contar algunas anécdotas que recrean la historia y pasar un buen momento recordando viejos tiempos, hemos aprendido de nosotros mismos y eso nos sirve, para conocer más acerca del funcionamiento general de nuestra sociedad y así, contamos con más elementos para influir en nuestro propio futuro. Las Gastronomochicas los invitamos a pasar por un café y desayunar a la manera de Caracas. ¡Buen provecho!

En este post, agradecemos a Maria Fernanda Di Giacobe por todos los detalles que ofrece en su libro "Cacao y Chocolate" y al profesor Jose Rafael Lovera por la información en "Historia de la Alimentación en Venezuela".

martes, 29 de julio de 2014

Sí somos lo que comemos, ¿qué somos los caraqueños?

Caracas es muestra de nuestra gran Venezuela, multicultural y multisápida, aquí nos encontramos desde hace tanto con la confluencia en el uso de la yuca, el maíz, el plátano y el trigo en la construcción de nuestros desayunos.
Ahora bien, el desayuno es de gran importancia puesto que nos hace estar más alerta, nos mantiene esbeltos y mejora el trabajo y comportamiento de los niños en la escuela y cómo valor nutricional debe representar entre el 20% y el 25% de las calorías que ingieres durante el día, y es importante que esté bien balanceado para que recibas los nutrientes esenciales.
Empecemos con un recorrido de  los desayunos caraqueños dividiendo la historia de esta manera: de 1900 a 1950, de 1950 al 2000 y del 2000 a la actualidad.




 De 1900 a 1950.
En las primeras décadas de 1900, nos encontramos con la Caracas  que recibe a la Revolución restauradora de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.
Algunos cronistas cuentan que los caraqueños con menos  recursos comían: Funche frito, hallaquita con queso rallado, arepa con mantequilla (en ocasiones especiales), plátano con  queso rallado o un bollo de pan, acompañado siempre de guarapo. Otros alimentos podrían ser empanadas rellenas, avena con papelón y canela sin leche, “atol” de maicena (almidón de maíz) y harina de maíz tostado con agua
Aquellos con mayores recursos desayunaban: hallaquitas con queso, empanadas (blancas de queso y oscuras de papelón), arepitas con papelón y anís, pan de trigo, queso frito, guarapo y chocolate
 En general estamos hablando de alimentos frescos: la leche se conseguía recién ordeñada, el maíz se procesaba en el momento de hacer la arepa.
En esta época existían los vendedores ambulantes  de chicha, arepa, maní, que abastecían las casas de caracas con sus productos.  Algunos tenían su esquina  y su clientela, sobretodo los llamados “arepiteros”, padres de los actuales areperos.
Se contaba también al panadero, responsable de abastecer las casas de familia, bodegas, pulperías, pensiones y hoteles. El reparto lo realizaban a primeras horas de la mañana y en la tarde grandes panaderías caraqueñas (e.g., “Las Gradillas” o la de “Sarría”), mediante repartidores que en asno, mula o como peatones llegaban a las casas con su clásico pregón: ¡Panadero, pan!, mientras golpeaban la tapa metálica de la cesta con la mercadería. Inmediatamente salía la criada con una cesta pequeña o paño blanco, recibiendo la “cuenta” o “media cuenta”. Al mismo tiempo pasaba recogiendo el “pan frío”, que luego cortaban en rodajas, tostaban y vendían a menor precio (Schael, s.f.). 
Para 1930 se empezaría a sentir la influencia americana traída de los petroleros y con los alimentos prefabricados: Corn Flakes, All Bran, Puffed Rice, grape nuts, cream of wheat, quesos Kraft, leche Klim, evaporated milk, Leapton tea, Quaker oats, carnes enlatadas y congeladas, Coca-Cola, tocineta americana en lonjas.  Estos empezaron a venderse en las pulperías, hasta que, llegando a la mitad del siglo XX, poco a poco serían desplazadas por los supermercados.




Del 1950  al 2000.
Estamos en la Caracas de Pérez Jiménez  y a pesar de que ya conocían de la llegada de las neveras, éstas no eran accesibles para la mayoría de la población caraqueña, por lo que para 1950 se seguían realizando compras constantes en los mercados de la ciudad y se siguen consumiendo alimentos frescos, por ejemplo, la leche recién ordeñada se conseguía  por litro en el bloque 6 del silencio, es importante resaltar que es para ésta década cuando se construyen y modernizan los mercados más importantes de la ciudad: Quinta Crespo, Guaicaipuro, Chacao, y el Mercado mayor de Coche que distribuía al resto.
Se consumían platos como: hallaquita hervida,  arepa  frita o asada, leche salada, mantequilla y queso blanco rallado.  La leche salada, mantequilla y queso era para mojar la arepa o la hallaquita, Avena sin licuar para las familias con escasos recursos y licuada y con cacao para los mas adinerados. Caraota negra refrita, mantequilla, que se compraba detallada, jamón,  huevos revueltos , indios con salsa de tomate,  fororo, Higado en baño de maria cuyo zumo lo bebian solo los hombres de la casa para darles fuerza,  Torta de platano con queso,  Dulces caseros: lechoza, gelatina tipo chantilly (gelatina con clara de huevo, ) Albondigas,  Arepa con huevo (perico con tomate y cebolla).  Vegetales a la primavera con huevo  en el horno.
Las arepas se hacían procesando el maíz en el momento,  lo cocinaban y luego lo pasaban por una maquinita que lo molia y salia la masa.
En los años 50´ se fundaron en Caracas las primeras areperas, en las que se expendían “tostadas”, es decir, arepas rellenas de diferentes ingredientes, se empiezan a ver las arepas con sus nombres particulares, por ejemplo, “la reina pepeada” que es de 1955 en homenaje a nuestra reina pepeada ganadora del Miss Mundo Susana Duijm.
Ya para 1961 conoceremos la harina pan y el diablito. Con la migración europea extranjera florecen las panaderías y nuestro gusto por la harina de trigo, así es que comenzamos a desayunar cachitos.




Del 2000 al día de hoy.
El desayuno hoy en día está marcado por dos cosas: la rapidez, porque no se dispone de mucho tiempo para prepararlos y la disponibilidad de los recursos. En general seguimos comiendo arepa, con harina de maíz precocida, pan, perico, cachapa, panqueca, empanada, bollos de maíz, etc.
Pero también, los caraqueños hemos entrado en la tendencia de comer sano y comer fitness. Hay que hacer una diferenciación, lo fitness se refiere a una persona con un estilo de vida específico, que hace del ejercicio su centro y lo acompaña con una dieta específica, sus desayunos están constituidos principalmente por huevo (sólo la clara) y avena, las cuales preparan de diversas maneras.




¿Cómo desayuna el caraqueño?
A medida que pasan los años, el desayuno se ha ido adecuando a la evolución de la ciudad. Es así como encontramos diferencias no solamente en las recetas que preparan para esta comida, sino en la manera  y el momento en que se servía.
Para los años de 1910 a 1950 tenemos los testimonios de los caraqueños que crecieron en la ciudad y los inmigrantes venezolanos y extranjeros que llegaban a ella.
Así tenemos por ejemplo a Scannone, que nació y creció en la ciudad y nos cuenta que en su juventud (nació en 1922 o sea que estamos hablando del 30 al 40):
El día comenzaba con un guarapo de papelón que ponían a hervir a las 530 para luego a las 6.30 colar el café.
El desayuno se tomaba en casa, todos juntos en familia. Había un orden en el horario y en la asistencia de la comida que se respetaba. Era un orden muy estricto, casi religioso.
La comida se compraba fresca todos los días, la familia no comía nada que sobrara del día anterior.
La comida restante se destinaba para las lavanderas, ya que ellas no dormían en las casas, sino que llegaban a las 7 am,  buscaban los sobrantes  y todo lo ponían en un plato. Era un desayuno copioso.

El inmigrante que vivía en pensiones, por lo general disponía de una cocina común,  donde desayunaba caratos y guarapos, para luego salir al mercado y  comprar su desayuno a algún vendedor ambulante.
Ya, para mediados de los años 50, hay transformaciones importantes: la mujer entra al campo laboral, el cuidado de la mesa pasa a ser compartido con ambos padres y los abuelos.
La cocina deja de ser de kerosene y pasa a ser a gas, lo cual representa no solo un cambio en el sabor de las comidas, sino que se facilitan las preparaciones.
La dinámica de las familias empieza a ser mucho más rápida para los 80, ya la posibilidad de ir al trabajo o a la escuela y regresar al mediodía para almorzar en familia era casi imposible de realizar, pero aún padres e hijos tenían la posibilidad de  tomar el desayuno juntos en familia.
Con el crecimiento de las ciudades satélites, la necesidad de trasladarse hacia Caracas para estudiar y /o trabajar, el desayuno fue quedando para el trayecto o el sitio de destino. Tomar el desayuno en familia se ha convertido en actividad de fin de semana.
Las opciones  hoy en día para el desayuno son: las panaderías, las cantinas del colegio o la universidad, o las loncheras con las comidas preparadas de las casas.

En fin, los caraqueños somos una mezcla del mundo en cada plato, una fusión de saberes ancestrales con  sabores dulces  y salados en un mismo plato, agregándole una pizca de sazón única  que nos permite diferenciarnos del resto de los venezolanos.




Fotos cortesía de: Jhon Monges (Síguelo en Instagram, a través de: @DrJohn_Ccs)

viernes, 25 de julio de 2014

Desayunando a la manera de Caracas - 2014.

¡Feliz cumpleaños para Caracas! Este valle nos recuerda lo que fuimos, lo que somos y esperamos que nos siga viendo crecer.



Para acercarnos a su cotidianidad, el domingo 27 de junio, les invitamos a disfrutar de "Desayunando a la manera de Caracas", en donde les contaremos anécdotas de cómo el caraqueño se ha alimentado desde el siglo XX y de las dinámicas sociales que han transformado nuestros desayunos.
Te esperamos desde las 8:00am en la Plaza Miranda (al lado del C.C. Millennium Mall) de Los Dos Caminos. Nuestra charla comenzará a las 9:30am.



También te invitamos a seguirnos a través de nuestra cuenta en Twitter: @gastronomochica.

¡Y que comience el fin de semana de celebración por los 447 años de nuestra querida ciudad: Caracas!

martes, 22 de julio de 2014

Así somos... ¡Llenitos!


Una tarde de verano, me senté a pensar qué es lo que somos los venezolanos. Y... ¡wow! Tenemos demasiadas características como para pretender exponerlas todas en un solo post del #GastroBlog. Ante tal amplitud, no me quedó más que una barrera mental. Hasta hoy... que decidí pasarme por Google a ver qué tenía para mí. Y encontré este párrafo de Alfredo Toro Hardy, que además menta al padre de la patria, en un artículo de opinión de El Universal:
Como decía Bolívar "constituimos una especie de
pequeño género humano"... En nosotros convive de
manera evidente o subyacente la herencia hispana,
la cosmogonía indígena y la magia africana. Sin
ser conscientes de ello tendemos a ver la vida bajo
un prisma particular. El mismo es producto de la
amalgama de nuestra carga cultural originaria y del
impacto agregativo de sucesivas inmigraciones

Y ¡bingo!... esto fue lo que me enseñaron en la Universidad. Esto de la mezcla cultural es lo que aprendí en unos añitos mientras analizaba cuanto hecho social iba pasando ante mis ojos. Y de nuevo, ¡Eureka moment, 2° parte!: recordé el por qué era parte de este grupo de gastronomochicas, de amigas, de locas verbalizadoras que nada pasa por filtro y todo llega al WhatsApp.

Las gastronomochicas estamos aquí para seguir aprendiendo, para seguir buscando piquitos gastronómicos del iceberg que nos ayuden a entender ¿qué somos los venezolanos?, ¿Cómo es que los productos, la cocina, la mesa y las interacciones sociales nos hacen? Eso de la alimentación como un acto contenedor de significados (Gracias @zaidmi). 

Lamento no escribirles teóricamente quiénes son los venezolanos. Porque los venezolanos somos, seguimos siendo y seguimos construyendo interacciones con cuanto objeto nos pasa por el frente. Somos los que tenemos mesas llenas de sabores diferentes, de productos prestados y propios, con preparaciones cotidianas y festivas, de recuerdos llenos de la abuela, de las ganas de llevar invitados a la sala de la casa, de cocinar pensando en quién nos hace palpitar el corazón y de las modas (antes gourmet y ahora fitness). 

Los venezolanos estamos constantemente llenitos de amor, llenitos de sonrisas, llenitos de comida y llenitos de cultura; estamos llenos de riquezas que nos da la Madre Tierra, que nos dan las mujeres como dadoras de luz, que nos dan las palabras, los gestos y las acciones. ¡Celebremos entonces que tenemos mucho para pensar y mucho para comer!

En internet:
http://www.eluniversal.com/opinion/121011/quienes-somos-los-venezolanos



Luany Rodriguez

lunes, 21 de julio de 2014

Sábado entre Gastronomochicas

Reuniones van y reuniones vienen, pero cuando se trata de una cita con las Gastronomochicas, la comida sabrosa nunca falta.
Este sábado 19 de julio, paseamos por varios restaurantes de Chacao y Los Palos Grandes para disfrutar de un día maravilloso.

Comenzamos con el Brunch de Chacao Bistró. Escogimos café y té de flor de jamaica para comenzar con mucho ánimo el día.



Degustamos el Plato Balanza.



Las mandocas fueron nuestro primer bocado. Pero cuando comenzamos a probar las arepitas de colores, nos enamoramos de la arepita de ají dulce (color naranja) y de la de boniato o batata. No podíamos hablar mientras las rellenábamos con queso criollo, nata, guasacaca y una carne mechada que estaba divina.

Para continuar desayunando a la venezolana, una torre de cachapitas que nos encantó.



Una torre de panquecas no podía faltar. El maple syrup y la fresita comenzaban a cerrar nuestro maravilloso desayuno.



Pero como no podíamos olvidarnos de lo rico que son nuestras preparaciones venezolanas, dejamos la torta de queso llanero del Plato Balanza para el final.


Salimos felices y decididas a seguir tomando café. Café Arábica fue el lugar que escogimos para seguir preparando nuestros siguientes pasos.
Por supuesto, un guayoyito siempre nos cae muy bien... y si es acompañado de un tiramisú, ¡mucho mejor!



(Información relevante: nos enamoramos del tiramisú y ni foto le tomamos... ¡se las debemos!)

Había llegado la hora del almuerzo y seguíamos en Café Arábica, así que nos decidimos por un sandwich de pollo al grill. ¡Wow! El queso derretido nos enamoró!



Salimos contentas con el ambiente, el trato, la atención y lo rico que habíamos comido y bebido allí.

Ávidas de información paseamos por "EntreLibros" en Los Palos Grandes y salimos con un libro que no puede faltar en nuestras bibliotecas... ¡ni en las suyas!
"Los panes de Venezuela" de nuestra profesora Ocarina Castillo (@OcarinaCastillo). Publicado por la Fundación Bigott.



Para acabar la tarde, recordamos la comida mandarín que la parte alta del restaurante "El Excelente" nos ofrece. ¡Y allí fuimos a dar!
Tallarines mixtos y vainitas chinas con camarones fueron los platillos que sin miramientos escogimos en un dos por tres.







Realmente, este sábado fue ¡divino!; por eso, queremos compartir con ustedes algunas referencias de contacto y dirección de estos locales que tanto nos hicieron disfrutar.

Chacao Bistró: su cuenta en Twitter es @ChacaoBistro y está ubicado en Calle Urdaneta con Miranda, Edif. ZB, PB Local 2b1060 La Castellana, Miranda, Venezuela. A dos cuadras del Nuevo Mercado de Chacao o a una cuadra del Hotel Renaissance.

Café Arábica: son tan atentos en su cuenta de Twitter como en su restaurante @TuCafeArabica. Se encuentran en Avenida Andrés BelloLos Palos Grandes, Miranda, Venezuela. En la primera cuadra de la calle entre la Torre HP y el Centro Plaza.

Entrelibros: Esta librería se encuentra en la Avenida 2 de Los Palos Grandes. Dispone de tres puestos de estacionamiento, así que no tienes mucho de que preocuparte si vas en carro. A pie, son dos cuadras y media desde la Avenida Francisco de Miranda, subiendo por la calle entre la Torre HP y Parque Canaima.

El Excelente: Lo encuentran en todo el frente de la Plaza Los Palos Grandes, al lado del Excelsior Gama de la Avenida 3. Para disfrutar de la comida mandarín, recuerden subir por las escaleritas a mano izquierda.

jueves, 17 de julio de 2014

Produciendo alimentos en casa

Las mujeres damos luz al mundo...
Las mujeres somos capaces de alimentar a nuestros amores...
Así que hoy les traemos unas ideas para producir algunos de los alimentos que usamos constantemente en nuestras cocinas.

Las hierbas son de esos productos que nunca faltan en nuestra cocina: para sazonar, para aromatizar, para un tecito o para el remedio recomendado por la abuela... siempre las hierbas nos acompañan. Además, las Mason Jar, ¡están súper de moda! ;)


Fuente: camillestyles.com

Si prefieres macetas, coloca el nombre de cada hierba y así es más fácil seleccionarlas para llevarlas a la cocina. Puedes usar un palito de madera, una roca, un pedazo de barro cocido... ¡Tu imaginación lo es todo!


Fuente: thegardenglove.com

En estos momentos, la alimentación saludable es lo más trendy. ¿Qué tal si plantas tu propia piña?


Fuente: modcloth.tumblr.com

El aguacate es muy popular aquí en Venezuela: arepa con aguacate, ensalada de aguacate, mascarilla de aguacate para el cabello. ¡Listo! Cultiva en casa todos los aguacates que necesites para ti y los tuyos.


Fuente: craftgawker.com

Disfruta de estas ideas DIY, convierte y decora tu hogar, y... además cultiva tus propios alimentos.
¡Gracias por visitarnos!


miércoles, 9 de julio de 2014

Creencias, Mitos y Tabúes Alimenticios


 “... la alimentación conduce a la biología, pero con toda evidencia, no se reduce a ella; lo simbólico y lo onírico, los signos, los mitos, los fantasmas alimentan también y concurren a reglar nuestra alimentación…” (Fischler: 1995)


La alimentación comienza a ser tema de investigación para los antropólogos luego de comenzar a estudiar lo que son los mitos de algunas culturas, pues se notó que no habían sociedades ni culturas, que no tuviesen prohibiciones colectivas con respecto a los alimentos que fuesen más o menos penadas; además de que los hábitos alimenticios son una de las características de la especie humana que más varía entre las culturas.
La antropología de la alimentación es una disciplina que abarca de forma holística el hecho alimentario, puesto que la alimentación de cada grupo está condicionada por diversos factores, como: ecológicos, económicos, sociales, culturales, nutricionales y políticos.
Sin embargo, es incuestionable que la variable determinante de lo que es percibido como un alimento o no, lo aceptado y lo rechazado, lo deseado y lo repudiado para las diferentes sociedades, son sus creencias y mitos: el elemento simbólico en sus representaciones. De éstas devendrá la formación, vigencia y cambios de los regímenes alimentarios a seguir por cada cultura.
Además, la alimentación es un acto contenedor de significados, por lo que se convierte en un medio para comunicarse con las demás personas, ya sean de nuestro mismo grupo social o con personas externas a éste.
Y es dentro de esta comunicación, donde los regímenes alimentarios pueden verse modificados por diferentes causas, tanto por la globalización, en las sociedades actuales; como lo fue, por ejemplo, en las colonizaciones por parte de los países centrales en los siglos XVIII / XIX / XX; Tanto al introducir directamente mercancías externas a los territorios colonizados, degradando en casos los alimentos autóctonos; como al introducir también, mediante la convivencia y a veces hasta la obligación, sus propios hábitos y creencias alimenticias. La transculturización entonces, es un elemento muy importante en esa relación que hizo Lévi-Strauss en 1962, afirmó Marvin Harris en 1985 y que hacemos tod@s nosotr@s a diario: “Bueno para pensar-Bueno para comer”.




Shahrazad Canquiz





Bibliografías consultadas:
Bain Alexander (1868). La Creencia, Fuente: Mental and Moral Science.Part First, pp. 371-385. Fecha del documento: 19 de octubre 2009. Última actualización: 22 de enero 2010. Documento digital en: www.unav.es/gep/AlexanderBainLaCreencia.pdf 
Contreras Jesús (2007). Alimentación y religión. Publicado en la revista electrónica: Humanitas, humanidades médicas. N°16. Junio. En: www.fundacionmhm.org/tema0716/papel.pdf
Fischler, Claude. (1995). El (H) Omnivoro. El gusto, la cocina y el cuerpo. Barcelona. Edit. Anagrama.