jueves, 28 de agosto de 2014

Aquí no hay leche, pero sí "Papahuella"

¿Cuántos de nosotros perdimos una tarde de juego porque no estábamos dispuestos a ceder ante el brócoli?, además mamá en algún momento se cansaría y tendría que dejarnos ir. A veces el resultado era una negociación, llanto incontrolable, o si contábamos con una mamá paciente, horas en la mesa hasta que terminábamos por ceder.

En la adquisición de los hábitos alimentarios entra la imposición de nuestros padres, que cultural y nutricionalmente saben que es lo mejor para nosotros. En todo caso, la responsabilidad de cumplir con los parámetros nutricionales de los niños es de la familia, con la asesoría del Estado quien pondrá a disposición la información necesaria y los alimentos básicos para ello. 

Es alarmante que en días pasados se haya anunciado el aumento de la desnutrición infantil por falta de proteínas, la insuficiencia ya no es solamente calórica, es además proteica y las consecuencias de ello en los niños son además de sobrepeso, riesgo de diabetes, disminución del coeficiente intelectual y deficiencias irreversibles en el desarrollo. 

Si queremos hablar de causas, yo nombraría por ejemplo, la escasez de leche, siendo por supuesto los niños que viven en las zonas rurales los más afectados. También el alto costo de la cesta básica que les imposibilita a los padres acceder a ciertos rubros y que para alimentar a los niños se valen de atoles o alimentos en base a harina o azúcar, que los engorda pero no los alimenta.

Los lectores dirán que estos son temas que podrían resolverse con la “papahuella”, porque al tener controlado lo que compra cada quien, el estado se asegura que todos tengan el suministro de leche necesario, que los bachaqueros dejen de traficar los alimentos en las fronteras del país y los buhoneros dejen de vender la cesta básica a tres veces su precio.

En primer lugar, los buhoneros seguirán revendiendo con sobreprecio, porque el estado no los controla ni los controlará porque no se arriesgará a perder esos votos ni la policía su negocio. En segundo lugar, la frontera está vigilada por la Guardia Nacional, es ella la responsable del tráfico de mercancía, si los bachaqueros tienen su negocio en la frontera, ya sabemos quiénes son los socios. 

En último lugar, cuando una persona ponga su huella para comprar algún alimento de la cesta básica o algún medicamento, esta información va a conectarse con todas las bases de datos de CANTV y todas las del estado que tengan la huella, como por ejemplo el registro electoral. Al colocar la huella el estado ve: qué estas comprando, dónde vives, dónde votas, dónde trabajas; se ejerce un control social sobre los ciudadanos, un control económico y hasta un control político electoral, pero no parece controlar el déficit de los nutrientes en tu organismo, es decir, con esta información no se solucionan los problemas alimenticios de la población. 

Pregunto: ¿es el control biométrico de alimentación una política para controlar la escasez, la inflación, el acaparamiento, los revendedores, los traficantes o la insuficiencia proteica?. Mi respuesta sería: ninguno de los anteriores. Se convertirá en una herramienta de control más, algo así como un “papavoto”, en un diálogo como: yo sé que tu necesitas comprar tantos kilos de azúcar al mes y solo accedes a menos, ¿quieres uno mas? ¿tú sabes que las elecciones son pronto, no?.

Así como la mamá tiene la obligación de darle de comer al niño lo que le conviene a su desarrollo, el Estado está en la obligación de asegurar, con la producción o la importación de alimentos, comida fresca, de calidad y a precios accesibles. Es decisión de los padres el menú de sus hijos, según lo que su tradición familiar, su formación nutricional y su rutina lo dicten, pero el Estado se está tomando ésta atribución al determinar, según un parámetro nutricional desconocido, pero con intenciones políticas muy visibles, cuánto puede consumir una familia de cada rubro determinado. 

El no aceptar la papahuella va más allá de un berrinche del niño que no le gusta un vegetal, se trata de no aceptar una humillación más que nos impone el estado para no aceptar la realidad de su ineficiencia como productor y administrador. Son los gritos del niño desnutrido que pide se solucione su problema nutricional y que los encargados de alimentarlo dejen de jugar a la pelotica.



Maria Mercedes Boada

lunes, 25 de agosto de 2014

El Sistema Biométrico “La Papahuella” como mecanismo de control social.

Venezuela un país rico que vive en la miseria, tiene ahora dentro de sus preocupaciones el sistema biométrico para la compra de comida o como se le conoce en la calle, “la papahuella” y es que ahora intentaran colocar en cada supermercado, abasto y bodega un lector para identificar la huella digital del comprador y evitar que este compre más de lo que  necesite, o para acabar con un mal mayor “los bachaqueros”. Esta es la excusa por la cual el gobierno nacional ha anunciado dicha medida.
La lucha es contra el contrabando y los buhoneros, es difícil creer que este slogan sea la razón de fondo de esto, ya que el contrabando se hace cruzando las fronteras del país y estas son custodiadas por la FANB y los buhoneros venden a plena luz del día, usualmente a la salida de las distintas estaciones del metro de Caracas ¿Por qué no usar  correctivos con estos personajes? En lugar de someter a los comerciantes al gasto que corresponde las captahuellas y al venezolano en general a todo este proceso que lo que busca es controlar ¿Qué comemos? ¿Cómo lo comemos? ¿Cuándo lo comemos? etc.
En la literatura encontramos innumerables ejemplos de sistemas de control alimentario, siempre en distopías[1], caso clásico el de "1984" de George Orwell en donde en varias oportunidades vemos a Smith relatando la historia, según como la recordaba, un proceso de guerra y escasez, en donde vienen a su mente
 jóvenes con camisas del mismo color, las enormes colas en las panaderías, el intermitente crepitar de las ametralladoras a lo lejos... y, sobre todo, el hecho de que nunca había bastante comida. Recordaba las largas tardes pasadas con otros chicos rebuscando en las latas de la basura y en los montones de desperdicios, encontrando a veces hojas de verdura, mondaduras de patata e incluso, con mucha suerte, mendrugos de pan, duros como piedra, que los niños sacaban cuidadosamente de entre la ceniza; y también, la paciente espera de los camiones que llevaban pienso para el ganado y que a veces dejaban caer, al saltar en un bache, bellotas o avena
También plantea la situación actual que vive en Oceanía (lugar en donde se desenvuelve la historia) la regulación de los alimentos  por personas: “la semana próxima, reducirán la ración de chocolate a veinte gramos en vez de los treinta de ahora”, en la medida que el libro se va desarrollando uno va apreciando el control del Estado (el Gran Hermano) sobre la vida pública y privada de los individuos, ¿cuánto come? ¿Cómo lo come? Y como estos controles favorecen el mercado negro.
Otro libro bastante famoso y mucho más reciente es la trilogía de los "Juegos del Hambre" escrita por Collins en donde se ve la precariedad del acceso a la comida mediante los controles impuestos por El Capitolio (el Estado) y para obtener de forma legal mayor suministro de alimentos debes aumentar las probabilidades de ser electo para la competencia anual de los Juegos del Hambre en donde solo se puede salir cuando el resto de los participantes muere o los matas.
Ambos ejemplos explica como el Estado al destruir los recursos y mantener los niveles de escasez es el mecanismo para que la gente no tenga tiempo de pensar más que en sobrevivir un día más y no cuestione el sistema; constituye pues, una táctica deliberada mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente.
Pues al fin y al cabo, una de las estrategias más poderosas para la dominación total de un gobierno es negar a la gente el acceso a la comida, así los individuos nos quedamos estancados en la base de la pirámide de Maslow sin posibilidades de aspirar a necesidades de seguridad, amor, afecto, pertenencia, estima y autorrealización.

Venezuela, que la suerte este siempre de tu lado

Nashla Baez





[1] Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.


jueves, 14 de agosto de 2014

Aventúrate a comer



Personalmente creo que es necesario ser un poco aventureros a la hora de comer, pues considero que cada vez que  nos salimos de nuestra dieta cotidiana es como atrevernos a viajar a paises y culturas completamente distintas a la nuestras. A mi manera de ver las cosas, seria como viajar en un plato, algo así como un suculento platillo volador.

Un país gastronomicamente rico como el nuestro, tiene en su haber una variedad de cocinas regionales dispuestas a transportarnos a otro tiempo y a un paisaje distinto al cual crecimos, lo único que tenemos que hacer es atrevemos a probarlas.

Por ejemplo, para un caraqueño es muy difícil probar animales salvajes que forman parte de la dieta de otras regiones. Servirle un plato de iguana asada, de morrocoy guisado en su carapacho, de culebra o de araña mona a una persona que jamás en su vida ha salido de la ciudad y que lo mas exótico que ha probado es sushi, puede resultar una experiencia muy divertida.

Algunos citadinos pudieran considerar que probar este tipo de platos es como cambiar de estatus social, seria por ejemplo, como cambiar el Toyota 2014 por un modelo del 80. Hace falta salir de los prejuicios sociales de la comida, pero bueno, eso es un requisito indispensable para iniciar cualquier aventura.

Estos prejuicios han sido inculcados en nosotros desde nuestra tierna infancia, pues es la manera en que nuestros padres nos han enseñado a degustar la vida, lo que a su vez ha dependido de sus experiencias y si a ellos a nadie los llevo a comer lapa, por ejemplo, como esperamos que nos hallan dado a probar este plato,  tampoco hay que ser tan injustos.



Debemos  hacer el esfuerzo por romper con estos paradigmas inculcados, pues en la comida, así como en la vida hay que ser aventureros. Atrevámonos a degustar un plato nuevo cada cierto tiempo, bien sea de otra región, otro país o de otro tiempo. Tomemos el riesgo de conocer otros países sin cadivi y sin maletas, hagamos el esfuerzo por viajar por nuestro país conociendo sus cocinas regionales, atrevámonos pues viajar con cubiertos.



Maria Mercedes Boada


martes, 12 de agosto de 2014

Sobre la mesa... definiendo gusto y sabor.

Brillat – Savarín define el gusto como “el sentido que nos relaciona con los cuerpos sápidos, por medio de la sensación que sobre el órgano destinado a apreciarlos causan” (p. 35). Es decir, el gusto es esa sensación que percibimos cuando las papilas gustativas ubicadas en toda la boca, y especialmente en la lengua, junto con cierta actuación del olfato, intervienen para indicar al cerebro que han detectado una sustancia en la boca y debe generarse tal sensación. A esa sensación físico – química es lo que el humano decidió llamar gusto.

Pero, el sabor no es la sensación como tal sino que es el constructo humano sobre esa sensación: el nombre, las características, las representaciones, las asociaciones y la preferencia hacia ella; el sabor es un elemento intangible de la alimentación.

La diferencia entre gusto y sabor no implica que ambos estén separados, el gusto es el encargado de activar las funciones cerebrales de las que se desprende tanto la sensación como la relación entre el constructo culturalmente creado y la reacción fisiológica.

Así, el gusto popularmente se ha convertido tanto en sujeto como en verbo, es decir: puede nombrarse para hacer referencia al órgano con el que se puede sentir el sabor de un alimento o es todo aquello que agrada “a ese sentido del gusto”. Esto, posiblemente se deba a la necesidad constante del hombre por soportar sus ideas y conceptos en elementos observables, tal es el caso de la ciencia, en sus momentos iniciales. 

Volviendo al concepto del sabor, como un constructo humano que adjetiva y que constituye un elemento intangible de la alimentación, Le Breton (2007) narra una situación en la que Buda, Confusio y Lao- Tsé degustan el vinagre, dándole, cada uno, un sabor distinto: amargo, agrio y dulce respectivamente. Este autor comenta que “El sabor se encuentra siempre afectado por un valor y por una ‘visión del mundo’ o, más bien, por una gustación del mundo” (p. 271)
Así, siguiendo al mismo autor, el sabor es aprendido e interpretado según la historia particular del individuo y los patrones culturales que ha obtenido de la sociedad en la que se desenvuelve, creando también lazos identitarios.

Actualmente, existen cinco sabores que nos han explicado desde la infancia: dulce, salado, ácido, amargo y umami. Para conocer más sobre este sabor que realza a los otros cuatro, revisa este link: http://es.wikipedia.org/wiki/Umami

Más adelante, veremos los cinco sabores básicos en la mesa venezolana... ¿estás list@ para ayudarnos a identificarlos en los platos típicos de nuestro país?
Aprovecha para seguirnos a través de nuestra cuenta en Twitter: @gastronomochica


Fuentes:
Brillat – Savarín, J.A. (1826 / 2001). Fisiología del Gusto. España:Óptima.
Le  Breton,  D.  (2007).  El  Sabor  del  Mundo.  Argentina:  NuevaVisión. 

Luany Rodríguez

jueves, 7 de agosto de 2014

Sobre la cerveza

En conmemoración al día de la cerveza, escribimos este post que es un extracto del trabajo monográfico “Sentidos, significados y usos sociales que le dan los hombres y mujeres de Caracas a tomar cerveza como una acción social” realizado para el  Taller “Antropología de los sabores: comer en Caracas hoy” en el año 2011.

Así mismo como comer contiene el hecho intrínseco de socializar. Las bebidas también suelen tener cierto sentido socializador, unas más que otras, nos referimos pues al café, el chocolate y al té (entre las bebidas calientes); Los jugos, malteadas y refrescos en menor medida y las bebidas alcohólicas como una expresión grandiosa de bebidas socializadoras. Tenemos claro que según el tiempo y contexto en el que se esté, unas bebidas tendrán más sentido socializador. Además de tomar en cuenta que según el grupo de personas y la ocasión, unas bebidas serán más apropiadas que otras.

La cerveza puede ser considerada la “reina de los licores en Venezuela”, tanto en producción como en consumo. Pues este país se ha consolidado como el tercer productor de cerveza en América Latina. Y además, en el año 2008, Venezuela fue el país que más consumió cervezas con aproximadamente ochenta y nueve litros por persona, según el Índice 2010 de cerveceros latinoamericanos.

Aunque las bebidas alcohólicas son generalmente consumidas en eventos especiales; la cerveza, siendo una bebida alcohólica, al parecer ha superado la “ocasionalidad” y se ha implantado en la vida cotidiana del caraqueño: desde la celebración de su nacimiento, en la fiesta del bautizo, de la comunión, confirmación, en todos los cumpleaños, graduaciones, despedidas; pero también en las salidas del trabajo, en las salidas a la playa, en muchos domingos familiares, los viernes después de la universidad, o simplemente para refrescarse y seguir el camino… Naturalidad que no han logrado otras bebidas alcohólicas en Venezuela.

Gracias a investigaciones anteriores, tenemos una valiosa información histórica, que nos ayuda a comprender como fue calando la cerveza en el mercado venezolano hasta llegar a tener la importancia y popularidad que tiene actualmente.

Ya en el siglo XIX la cerveza era una bebida alcohólica de expendio corriente en el país, se consumía la cerveza importada de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos; el consumo de esta bebida era cada vez mayor, pues ésta había calado entre los “numerosos caballeros que se sentaban a saborearla con el mayor de los gustos” (Lovera, 1998: 132).

La evolución del consumo de cerveza partió del reconocimiento de ésta como una bebida saludable con propiedades terapéuticas, que primeramente estaba dirigida a todas las personas: mujeres, hombres y niños y desde las capas sociales altas, que luego, comenzaron a beberla en espacios públicos de moderada actividad social. En el mismo sentido, la cerveza se fue extendiendo a clubes donde hombres de letras consumían espumante cerveza entre discusiones políticas, sociales y literarias” (Rivero, 1999: 146); extensión que dio pie a la consiguiente aparición de esta bebida en bares y botiquines, haciéndola cada vez más accesible, perdiendo entonces su carga de valores terapéuticos para convertirse en una bebida más comercial.

De lo anterior hay varias cosas importantes que caben destacar, la primera sería la aparición de la cerveza como una bebida de caballeros, de módico precio y bajo contenido alcohólico, además el consumo de esta bebida fue aupada por el gobierno de turno, el guzmancista, donde se aplicaban medidas en contra de las bebidas alcohólicas fuertes; proponiendo a la cerveza como “un mal menor”,  defendida por la divulgación de las ideas liberales progresistas que alejarían a la población del “ron malo y del vino artificial, en una sociedad carente de recursos para preservar la salud” (Rivero, 1999: 147).

En su evolución, la cerveza terminó siendo una bebida alcohólica consumida en los bares, sitios públicos y tertulias, a las que generalmente solo asistían los hombres. Ya que las mujeres debían quedarse en casa como buenas señoras del hogar y podía ser mal vista la presencia de una señora o señorita en estos “sitios para hombres”.

Con el paso de los años, muchas cosas cambiaron, actualmente, la cerveza es una bebida alcohólica, y su consumo es permitido a partir de los 18 años de edad en Venezuela; además, con la reivindicación femenina, desde hace varias décadas, la mujer posee los mismos derechos de los hombres,  pudiendo entonces asistir a bares, fiestas y tertulias. Y aunque en Venezuela no se encuentran estudios con los que pueda comparar el consumo por género actualmente; Cada vez es más frecuente ver a una mujer con una cerveza en la mano.

No podemos entonces negar, que el consumo de cerveza tiene intrínseco un significado especial, y es que como hemos dicho, la cerveza está presente en muchas ocasiones de la vida de un caraqueño o una caraqueña y es por esto que se forma todo un conjunto de valores y representaciones que llevan a tener una percepción particular en torno a esto de “tomar cerveza”. 

Las Gastronomochicas desde Cervecería Polar. 

Bibliografía utilizada: 
Lovera, José Rafael (1998). Historia de la Alimentación en Venezuela. Centro de Estudios Gastronómicos.
Rivero, Carlos (1999). El consumo de cerveza en Caracas, 1870-1900. Tesis de grado, Escuela de Historia, Facultad de Humanidades. Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela.


Shahrazad Canquiz K.

martes, 5 de agosto de 2014

Sin la arepa bajo el brazo

Cuando queremos decir que una persona nació con suerte, decimos que nació “con la arepa bajo

el brazo”, pues todo en la vida se le da sin ninguna traba. Es tal la significación de la arepa para los

venezolanos que simboliza suerte, riqueza y hasta conformismo e indiferencia, como el decir que

fulano tiene “bozal de arepa” y por eso no se queja. Son tantos los refranes que pudiéramos decir

pero creo que ya queda claro que no se puede imaginar la venezolanidad sin la arepa, ésta es algo

así como nuestro pasaporte comestible.

La arepa se convirtió en comida cotidiana de Venezuela gracias a la harina de maíz precocida, pues

hoy en día son escasas las familias venezolanas que pueden moler el maíz diariamente, por no

decir inexistentes. Por lo que le agradecemos a su inventor y a la industria de alimentos quienes

nos facilitaron la arepa diaria.

Por todo lo anteriormente mencionado, vemos con mucha preocupación el comunicado de

Empresas Polar sobre la imposibilidad de seguir produciendo harina de maíz precocida, la que

cariñosamente todas las amas de casa conocen como harina PAN. Lo más preocupante es que

esta situación viene siendo anunciada desde hace un año y aún no hay soluciones concretas.

La producción de maíz ha disminuido a lo largo de los años y se ha vuelto insuficiente para cubrir

la demanda del país. Solo este año, la siembra del segundo estado productor de cereales del país,

el estado Guárico, ha sido de 62000 has, cuando en el 2007 era de 270000has. Se está sembrando

208000 has menos desde el 2007 y la población y el consumo van en aumento.

Para mantener los niveles de producción se ha hecho necesario importar, pero la burocracia que

esto implica no permite que se liquiden las divisas en el tiempo necesario, por lo que los procesos

se atrasan y los resultados también, es decir, menos kilos de harina PAN para la venta.

Se trata de una ecuación sencilla: Si no hay suelos para sembrar y no hay dólares para importar, no

habrá harina PAN.

Bien sabemos que esta empresa no es la única que produce harina de maíz precocida, que por ello

no se van a extinguir las arepas, pero ¿dónde están todas las variedades que deberían ofertarse?

¿son todas de la misma calidad que la harina PAN?. No creo estar muy alejada de la realidad

cuando afirmo que si esta marca se ha ganado la fidelidad de sus consumidores no ha sido de

gratis y ojo, que en este artículo no estamos cobrando por publicidad.

Esperemos que esta situación se solvente, de lo contrario, nos tocará cazar otras marcas de harina

de maíz, molerlo nosotros mismos o comprarla en amazon, de cualquier modo, no podemos

quedarnos sin la arepa bajo el brazo.


Maria Mercedes Boada