jueves, 4 de septiembre de 2014

Historia de los Restaurantes en Caracas, hasta 1950

Lovera (1998) es quien proporciona una compilación de los primeros datos sobre los restaurantes en Caracas, los cuales están centrados en sus fechas de aparición dentro de los primeros periódicos venezolanos. Allí, se encuentra información acerca de la existencia de hoteles y posadas desde 1800, ya sean en el interior como dentro de la capital venezolana.
En el siglo XIX, el “Café del Ángel” fue el primero de su tipo en la ciudad de Caracas, al que le siguieron el “Café Mercantil” y el “Café del Ávila”. En ese mismo siglo, específicamente durante el año 1847, aparece el primer restaurante del que se tiene referencia en esta ciudad, que se encontraba en la Calle del Comercio y pertenecía a Pedro Nelson. Una década más tarde, ya funcionaba el “Restaurán del Teatro”, que a través de la publicidad se dio a conocer como símbolo de adelanto y civilización (p. 147). Con estos restaurantes, los caraqueños comienzan a hacer tertulias en sitios públicos.
Más adelante, en 1869, el “Restaurante Hanus” ofrecía Hallacas Trufadas a su distinguida clientela, que poseían la introducción de trufas en la típica hallaca venezolana; esta es la primera muestra histórica de la adaptación de lo típico venezolano a las tendencias gastronómicas mundiales influenciadas por el desarrollo culinario francés.
A partir de 1850, ya los restaurantes comenzaron a aumentar en cantidad, y en 1880, dos importantes chef franceses se habían trasladado para trabajar en restaurantes de Caracas, consumando su introducción a la movida gastronómica internacional que se mantiene hasta hoy.
Al intentar detallar sobre la ubicación de los restaurantes, en 1884 Guillermito hacía publicidad sobre su restaurante “Cosmopolitano” ubicado entre las esquinas Tracabordo y Miguelacho, en lo que hoy se llama Urbanización Candelaria.

Otro autor, Cartay (1995) habla de tres etapas de influencia francesa en los restaurantes de la Venezuela de finales del siglo XIX. Las causas iniciales de esto, posiblemente sean tanto la mencionada tendencia gastronómica mundial como la referencia de civilización, desarrollo y disfrute que el gobierno de Antonio Guzmán Blanco elaboró alrededor de Francia. En palabras de Dagnino (2005) “No podía ser de otra manera en un país donde París había sido, desde la Independencia, la Meca de la Cultura” (p. 57)
Siguiendo la línea histórica propuesta por Cartay (1995), en la primera etapa (1870 – 1899) de ese afrancesamiento de Caracas “…había mucha adulteración en los alimentos y en las bebidas y mucho fraude en las denominaciones” (p. 262), sólo “El Louvre” era la excepción.

        En la segunda etapa (1910 – 1935), aparecen cocineros como Labeille, Becker y Deloffre que muestran una cara más sincera y, quizá hasta más exótica, de la cocina francesa. Laibelle formó su restaurante cerca de la esquina Carmelitas y fue uno de los más caros de la época (Cartay, 1995). Becker creó “La Suisse” y el “Chez Becker”, de los cuales, el primero lo vendió a Deloffre y el segundo progresó gracias a una importante reputación debido a su exquisitez y a los salones amoblados que ofrecía para las fiestas matrimoniales.
Deloffre levantó varios restaurantes, que además tenían un dancing como sala adjunta, como “La Suisse”, “Longchamps” y “Trocadero”. La particularidad de estos restaurantes forma el escenario en el que Oscar Yánes (1993) desarrolla el libro “Del Trocadero al Pasapoga”. También, Cartay (1995) dice que Deloffre había comentado que “cuando él comenzó, la cocina francesa era desconocida para los caraqueños, asegurando, con jactancia, en noviembre de 1955, que había enseñado a comer a los venezolanos” (p. 263)

La tercera etapa del apogeo francés en la restauración caraqueña, es el período que comprende el boom petrolero venezolano y que se encuentra dentro del “cosmopolitanismo culinario que sobrevendrá” (p. 262). En esta etapa, Cartay (1995) solo menciona al “Héctor’s” y al “Le Coq d’Or”, el cual se ha convertido en una cadena de restaurantes.

Bibliografía:
Cartay, R. (1995) El Pan Nuestro de Cada Día. Venezuela: Fundación Bigott.
Dagnino, M. (2005). Despertar con la lengua ahí. Veintiuno, 04. (2). 56-59.
Lovera, R. (1998). Historia de la alimentación en Venezuela. 2° edición. Venezuela: Monte Ávila.
Yánes, O. (1993). De Trocadero a Pasapoga. Venezuela: Planeta.


Luany Rodriguez.




Imagen cortesía de @arquitecturavzl

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