Lovera
(1998) es quien proporciona una compilación de los primeros datos sobre los
restaurantes en Caracas, los cuales están centrados en sus fechas de aparición dentro
de los primeros periódicos venezolanos. Allí, se encuentra información acerca
de la existencia de hoteles y posadas desde 1800, ya sean en el interior como dentro
de la capital venezolana.
En
el siglo XIX, el “Café del Ángel” fue el primero de su tipo en la ciudad de
Caracas, al que le siguieron el “Café Mercantil” y el “Café del Ávila”. En ese
mismo siglo, específicamente durante el año 1847, aparece el primer restaurante
del que se tiene referencia en esta ciudad, que se encontraba en la Calle del Comercio y
pertenecía a Pedro Nelson. Una década más tarde, ya funcionaba el “Restaurán
del Teatro”, que a través de la publicidad se dio a conocer como símbolo de
adelanto y civilización (p. 147). Con estos restaurantes, los caraqueños
comienzan a hacer tertulias en sitios públicos.
Más
adelante, en 1869, el “Restaurante Hanus” ofrecía Hallacas Trufadas a su distinguida
clientela, que poseían la introducción de trufas en la típica hallaca
venezolana; esta es la primera muestra histórica de la adaptación de lo típico
venezolano a las tendencias gastronómicas mundiales influenciadas por el desarrollo
culinario francés.
A
partir de 1850, ya los restaurantes comenzaron a aumentar en cantidad, y en
1880, dos importantes chef franceses se habían trasladado para trabajar en
restaurantes de Caracas, consumando su introducción a la movida gastronómica
internacional que se mantiene hasta hoy.
Al
intentar detallar sobre la ubicación de los restaurantes, en 1884 Guillermito
hacía publicidad sobre su restaurante “Cosmopolitano” ubicado entre las
esquinas Tracabordo y Miguelacho, en lo que hoy se llama Urbanización
Candelaria.
Otro
autor, Cartay (1995) habla de tres etapas de influencia francesa en los
restaurantes de la Venezuela
de finales del siglo XIX. Las causas iniciales de esto, posiblemente sean tanto
la mencionada tendencia gastronómica mundial como la referencia de
civilización, desarrollo y disfrute que el gobierno de Antonio Guzmán Blanco
elaboró alrededor de Francia. En palabras de Dagnino (2005) “No podía ser de
otra manera en un país donde París había sido, desde la Independencia , la Meca de la Cultura ” (p. 57)
Siguiendo
la línea histórica propuesta por Cartay (1995), en la primera etapa (1870 –
1899) de ese afrancesamiento de Caracas “…había mucha adulteración en los
alimentos y en las bebidas y mucho fraude en las denominaciones” (p. 262), sólo
“El Louvre” era la excepción.
En la segunda etapa (1910 – 1935), aparecen cocineros como Labeille, Becker y Deloffre que muestran una cara más sincera y, quizá hasta más exótica, de la cocina francesa. Laibelle formó su restaurante cerca de la esquina Carmelitas y fue uno de los más caros de la época (Cartay, 1995). Becker creó “
Deloffre
levantó varios restaurantes, que además tenían un dancing como sala adjunta, como “La Suisse ”, “Longchamps” y “Trocadero”.
La particularidad de estos restaurantes forma el escenario en el que Oscar
Yánes (1993) desarrolla el libro “Del Trocadero al Pasapoga”. También, Cartay (1995)
dice que Deloffre había comentado que “cuando él comenzó, la cocina francesa
era desconocida para los caraqueños, asegurando, con jactancia, en noviembre de
1955, que había enseñado a comer a los venezolanos” (p. 263)
La
tercera etapa del apogeo francés en la restauración caraqueña, es el período
que comprende el boom petrolero venezolano y que se encuentra dentro del
“cosmopolitanismo culinario que sobrevendrá” (p. 262). En esta etapa, Cartay
(1995) solo menciona al “Héctor’s” y al “Le Coq d’Or”, el cual se ha convertido
en una cadena de restaurantes.
Bibliografía:
Cartay, R. (1995) El Pan Nuestro de Cada Día. Venezuela: Fundación Bigott.
Dagnino, M. (2005). Despertar con la lengua ahí. Veintiuno, 04. (2). 56-59.
Lovera, R. (1998). Historia de la alimentación en Venezuela. 2° edición. Venezuela: Monte Ávila.
Yánes, O. (1993). De Trocadero a Pasapoga. Venezuela: Planeta.
Bibliografía:
Cartay, R. (1995) El Pan Nuestro de Cada Día. Venezuela: Fundación Bigott.
Dagnino, M. (2005). Despertar con la lengua ahí. Veintiuno, 04. (2). 56-59.
Lovera, R. (1998). Historia de la alimentación en Venezuela. 2° edición. Venezuela: Monte Ávila.
Yánes, O. (1993). De Trocadero a Pasapoga. Venezuela: Planeta.
Luany Rodriguez.
Imagen cortesía de @arquitecturavzl |
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