jueves, 6 de noviembre de 2014

Qué buen acompañante: un cafecito.

Yo creo que en Venezuela, no hay una persona que no se encienda con el olor de un cafecito colado, o que no haya desayunado con un café negrito, o que todos los planes con los amigos o pretendiente incluyan una excusa que termina así: "... y te invito un café."

Las Gastronomochicas, juntas o individualmente, siempre estamos pendientes de un cafecito. Shra lo toma en la mañanita, Nashla cuando le duele la cabeza, Meche para la meriendita y Luany, bueno, yo lo tomo sin motivo específico, cada vez que puedo o se me antoja, ¡qué venga un guayoyito! (que no sea tan clarito, pero que no llegue a ser un negrito... ah, y en tamaño familiar).

Un desayuno consentidor lleva un cafecito. 
Una reunión a media mañana, donde no sabes si tienes sueño o cómo se llama esa sensación que inunda tu cuerpo, se inicia con un café. 
Después del almuerzo, un cafecito nunca cae mal. 
Una tarde en la oficina, embotados de una presentación y de un solo tema, fluye con un café. 
Por supuesto, no falta que te reunas con amigos a contarse las últimas novedades y acompañarse con un café.

Así como hay usos y momentos, el café también tiene sus nombres... y esto nos inspira a compartir estas infografías:


Extraído de: http://lataguaritadelsabor.com


Extraído de: http://www.cafeveracruz.com





En definitiva, es muy rico tomarse un cafecito a media tarde y contarle a tus amigas todo lo que ha pasado en una semana o en un día... así que, también, les dejamos un "Adriana" que compartimos ayer en Artesano Cafetería.




¡Disfruten de sus próximos cafecitos!... y cuéntennos todo lo que piensan y sienten cuando están tan bien acompañados a través de:







Luany Rodríguez.



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