Aunque al pensar en el último mes del año, nos imaginamos en familia, unión, paz, regalos, vacaciones, propósitos y deudas (viej@s y nuev@s)... Diciembre no sería diciembre sin la gastronomía típica: las hallacas, los bollos, el pan de jamón, la ensalada de gallina, el pernil, el ponche, el espumante para brindar, y ¿por qué no mencionarla? → La Coca Cola, o cualquier refresquito para los niños.
Aunque sabemos que hay familias que optan por comprar las cenas para el 24 y el 31, ya sea por falta de tiempo para la preparación de los alimentos o por no interesarse en conocer las técnicas. La fuerza de las tradiciones prevalece, muchísimas familias en toda Venezuela se reúnen para encontrar los ingredientes más frescos, las hojas más bonitas, los mejores precios... y de esa manera entra en la casa del venezolano el verdadero espíritu de la navidad.
La preparación de la comida principal es todo un rito, cada uno en el grupo tiene su trabajo, sin embargo, con la incorporación de familiares y nuevas manos, los papeles pueden moverse, siempre se puede ser promovido en esta empresa de las hallacas.
Y aunque todos participan en la elaboración de la comida, generalmente es la madre, preparadora del guiso, la que se lleva los halagos, pues siempre "Las mejores hallacas son las de mi mamá"...
En diciembre los regalos van y vienen entre amig@s, familiares, intercambios, el Niño Jesús y San Nicolás. Pero sin titubear sabemos que el mejor regalo para todos los hijos es esa hallaca especial de su madre, con más aceitunas, sin pasas, solo de pollo.... o cualquier gusto específico que se señala con un lacito o un amarre distinto en la hallaca.
En la comida está el amor hacia cada uno, que se comparte en la mesa el día de celebrar el trabajo que tod@s han hecho junt@s.
Por eso es importante participar en estas tradiciones, y hacer lo posible por que todos los integrantes de la familia lo hagan. En muchos de nuestros post este año hemos hablado de la relación entre los sentimientos y los alimentos. Y en Diciembre, que es un mes gastronómico, el amor está con los pies bajo la mesa, entre las risas y llantos de los cuentos y remenbranzas.
Hay cosas que vale la pena conservar, y estas tradiciones lo son.
Deseamos que recuerden con satisfacción el sabor de un maravilloso 2014. Y Feliz 2015 para tod@s las personas que nos leen al rededor del mundo.
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