martes, 1 de marzo de 2016

Para Ernesto:

Decir que dejaste un vacío es algo totalmente inadecuado, pues como puede quedar una sensación de vacío si durante años nos alimentaste de  conocimientos, experiencias, cariño, regaños y por supuesto, de las más deliciosas recetas que con mucho cariño nos preparaste.

Fuiste el apoyo incondicional, el amigo, "El profe", en cada paso del camino académico estuviste tú llenándonos de tu sapiencia, pero además, supiste llegar con tu sonrisa a cada rincón de nuestras vidas. Con vernos a los ojos sabias nuestros malestares, como buen médico veías nuestra alma y tus consejos nos calmaban y nos llenaban el corazón.

Nuestro querido Netito, en una oportunidad te dijimos que eras nuestro "Falkor", esa criatura mitológica sacada de una película de nuestra infancia, que ayuda al héroe de la historia a cumplir su misión, lo guía, lo levanta, lo llena de alegría, lo lleva en sus alas, lo aconseja y finalmente comparte su final feliz.

Al igual que en esa película, tu legado en nuestros corazones sera "Una Historia sin fin", el cariño que nos dedicaste como tus alumnas marcó nuestra vida en un antes y un después, junto a nuestra querida Oca te convertiste en más que un profesor, en un Maestro de vida, en un gran Amigo, en parte de nuestra familia.

Estos últimos meses fueron muy duros, sin embargo tu fortaleza y tu sonrisa nos daba esperanza de que todo iba a salir bien, tristemente, la vida tenía otros planes.

En estos momentos de dolor solo podemos agradecerle a Dios por habernos cruzado en el camino, nos sentimos muy afortunadas de haber podido compartir contigo,  de que nos dieras  tu aprendizaje de vida, pues fuiste un Ucevista en todos los sentidos y con todas las ganas, defensor de la libertad, de la democracia y con ello, nos hiciste mejores ciudadanas.

 Agradecemos por tus conocimientos, porque los logros académicos más importante los conseguimos tomadas de tu mano y nos ayudaste a trascender, más allá de las fronteras de las ciencias, nos apuntaste a lograr el conocimiento, a investigar con pasión por el simple placer de conocer la vida.

Además de ello y por sobre todas las cosas, hoy le gritamos al mundo lo agradecidas que somos por haber contado con tu cariño.

A nuestra querida Ocarina: no hay palabras para consolar el inmenso dolor, solo podemos decirte que no estás sola, tus niñas te acompañan, te queremos muchísimo.

Al resto de su familia, nuestras más sinceras palabras de condolencias



A ti Ernesto: ¡Gracias!

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