El amor y la comida van siempre de la mano, Víctor Hugo solía decir que "comiendo se abre el apetito y en el amor sucede lo que en la mesa"
Todos disfrutamos cuando alguien nos cocina y de esa manera nos
consienta, el punto no es necesariamente que sea capaz de prepararte un plato
(hay quienes no tenemos habilidades culinarias), sin embargo, que alguien se
preocupe por tu alimentación es algo íntimo, dar de comer a alguien es un acto
de profundo afecto, es una forma de entregarse a través de la comida.
Reflexionemos un poco, nos
alimentan en la eucaristía y de esta manera afianzamos nuestra relación con
Dios, que presenta su cuerpo en forma de pan. Nuestras madres nos alimentan
cuando somos niños de pecho y así comienza ese vinculo especial con ellas.
Cuando somos niños pequeños, padres y abuelos nos alimentan y consienten con
nuestras comidas predilectas. Nuestros amigos hacen lo propio cuando nos
invitan a cenar. Y los amantes, se alimentan el uno al otro cuando se dan un
festín gastronómico, pero también uno con su cuerpos y a veces con sus
almas.
Y es que, no sólo de pan vive
el hombre; el ser humano tiene cuatro apetitos que satisfacer, estos son:
hambre, sed, sexo y conocimiento. Estos apetitos se satisfacen cumpliendo los
mismos principios: observas, pruebas, aprendes lo que te gusta y lo que no, y
luego terminas usando esos datos para saciar tus apetitos, de manera que estructuralmente, satisfaces todos de la misma manera.
Por lo tanto, ¿quién no quiere a
su lado a alguien que la alimente y se preocupe porque una esté feliz y
satisfecha? Pues sí es así de atento con tus necesidades culinarias, imagínense
lo atento que sería respecto a otros apetitos...
@NashlaBaez
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