jueves, 22 de mayo de 2014

Las Gastronomochicas sirviendo la mesa.

En este mundo de hoy hay muchos que se dicen gastrónomos, porque les gusta mucho comer y sobre todo, comer rico; otros creen serlo porque comen a la moda: lo exótico, lo último que se hizo famoso en Los Ángeles, en el Caribe o en las principales ciudades de Suramérica, e incluso porque vieron esos platos a través de los canales por cable, descritos por los inefables y famosos  “Chefs”. Para algunos se trata tan sólo de una mezcla de exhibicionismo y sibaritismo que les hace sentirse “muy interesantes”. Sin embargo, hay quienes han descubierto el inseparable vínculo entre alimentación y cultura, que por ser tan inseparable se convierte casi en invisible,  como suelen ser muchas veces las determinaciones  esenciales.
Para esos personajes cada sabor, cada gesto, cada nombre, cada práctica, es un mundo cargado de  significaciones…que revelan un espacio multidimensional, en el que tienen cabida las diversas disciplinas, donde cada imagen puede ser un crucial descubrimiento y cada link  revela enormes potencialidades. Las “Gastronomochicas” pertenecen a este grupo… se han tomado en serio eso de saborear los platos, las complejidades, los iconos, las historias de ayer y de hoy, que encierra nuestra gastronomía actual.  Se apasionan por los discursos que hay detrás de cada plato, de cada fogón o restaurant, de cada preferencia o prohibición, por las tradiciones identitarias y las fusiones innovadoras. Lo hacen cabalgando sus trabajos profesionales, sus desempeños como “jóvenes gerentes”, funcionarias públicas o estudiosas de postgrados, robándole tiempo a lo urgente, para dedicarlo a lo que consideran importante. Intercalan y enlazan el curry con el lápiz labial, la ida a Quinta Crespo con la peluquería, la conferencia sobre el cacao justo antes de entrar al concierto de la Movida Acústica Urbana, con la misma naturalidad con la que prueban, degustan, sazonan, protestan y marchan.
En estos años las he ido conociendo y queriendo. Deseo que este blog, que es su espacio natural de comunicación y diálogo, sea intelectualmente fecundo, irremediablemente suculento, atractivo y seductor, femenino y duradero.


Ocarina.
@OcarinaCastillo